La arquitectura renacentista se introduce en España a finales del siglo XV como fruto de los contactos comerciales, políticos y militares entre la península ibérica e Italia en estos años. Sabemos de algunos artistas españoles que viajaron a Italia atraídos por el ambiente cultural y de italianos que lo hicieron a España como forma de ganar como clientes a los monarcas unificadores (Reyes Católicos y, sobre todo, Carlos I) y a la aristocracia española (los Mendoza), receptiva ante las formas italianas porque usan este estilo importado como medio de distinguirse y afirmar su prestigio.

Mapa de la política exterior de los Reyes Católicos.
La Iglesia, sin embargo, tradicional mecenas de la arquitectura se mostrará reticente ante el modelo clásico-pagano del Renacimiento, lo que influirá en que el lenguaje gótico y mudéjar siga presente a lo largo de la primera mitad del siglo XVI. El resultado es un estilo híbrido y exclusivo que recibe el nombre de Plateresco.
La arquitectura española renacentista evolucionará distinguiéndose tres etapas que aproximadamente corresponden a los tres tercios del siglo XVI
- Plateresco propiamente dicho. Últimos años del siglo XV y primer tercio del XVI.
- Plateresco purista. Segundo tercio del siglo XVI.
- Herreriano. Tercer tercio del siglo XVI.
- Al primer momento corresponden: el palacio de Cogolludo (Guadalajara), el de Santa Cruz (Valladolid), el Castillo de la Calahorra (Granada) y las fachadas de la iglesia de San Esteban y de la Universidad (ambas en Salamanca).
- Al purismo corresponden: la fachada de la universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y el palacio de Carlos V (Granada).
- Herrera iniciará la última fase del Renacimiento español con la construcción del Monasterio del Escorial.
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